Jin, un joven artista marcial en Pekín, viaja a través de templos ocultos para revivir la sabiduría y el poder de las antiguas disciplinas.
Jin entrenaba al amanecer todos los días en un tranquilo patio de Pekín, repitiendo los movimientos de sus ancestros. Su maestro a menudo susurraba: «La fuerza del cuerpo no es nada sin el equilibrio del espíritu.» Jin soñaba con descubrir los pergaminos perdidos de los Cinco Antiguos, maestros míticos que una vez unieron mente, cuerpo y naturaleza. Una tarde tormentosa, Jin recibió un misterioso acertijo de una grulla de corona roja: «Sigue el río donde duerme el dragón.» Jin cruzó puentes iluminados por faroles, viajó a través de bosques de bambú y encontró un antiguo templo enclavado entre pinos. Allí, se encontró con guardianes, estatuas que pusieron a prueba su paciencia, sabiduría y humildad. Cada victoria desbloqueaba un trozo de un pergamino brillante, revelando técnicas olvidadas y patrones de respiración secretos. El desafío final de Jin fue enfrentarse a su propio reflejo, comprendiendo sus miedos y fortalezas. Al hacerlo, el pergamino se unió en sus manos y la energía fluyó a través de él como un arroyo de montaña. Jin regresó a la ciudad con un espíritu renovado, listo para enseñar armonía y coraje a su comunidad. A través de su viaje, las antiguas disciplinas encontraron nueva vida en el Pekín moderno.