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Historia de la Luna

Un cuento mágico sobre la noche en que Max el Zorro y Luna la Lechuza siguen un camino brillante bajo la luna.

Historia de la Luna

Max el Zorro se asomó desde su acogedora madriguera y vio la luna brillar más que nunca. Bostezó y trotó silenciosamente por el pueblo dormido, sus orejas moviéndose a la luz plateada. De repente, Luna la Lechuza se lanzó en picada y aterrizó a su lado. “¿Viste lo grande que está la luna esta noche?” susurró Luna, con los ojos bien abiertos. Max asintió. “¡Parece que nos llama a jugar!” El pueblo estaba en silencio. Todas las casas estaban oscuras, y solo el resplandor de la luna pintaba suaves patrones en el suelo. La cola de Max se movió. “¡Vamos a explorar!” Luna ululó en señal de acuerdo. Pero justo cuando llegaron al viejo roble, Max jadeó. “Mira, Luna, ¿qué es eso que brilla en la hierba?” Luna parpadeó y miró el suelo. Un rastro de centelleantes rayos de luna se extendía desde el árbol, brillando suavemente. La nariz de Max se movió. “¿Deberíamos seguirlo?” Luna ululó, “¡Parece una aventura!” Caminaron en silencio por el sendero luminoso, patas y plumas brillando a la luz plateada. Mientras caminaban, el sendero serpenteaba más allá del estanque y conducía directamente al bosque, donde los árboles proyectaban sombras divertidas y tambaleantes. De repente, el sendero giró detrás de un arbusto y se detuvo en una pequeña puerta brillante. La puerta se abrió lentamente, y un diminuto Ratón Lunar asomó, su pelaje brillando como polvo de estrellas. “¿Están aquí para unirse al Club de la Luz de la Luna?” susurró. Max sonrió. “¡Nos encantaría!” El ratón los recibió adentro, donde otros animales del bosque bailaban y reían en una habitación acogedora y luminosa. Luna giró a la luz de la luna, y Max compartió historias con sus nuevos amigos. A medida que el amanecer se arrastraba sobre los árboles, el Ratón Lunar sonrió. “Siempre serán bienvenidos aquí cada vez que sigan los rayos de luna.” Desde esa noche, Max y Luna supieron que la magia estaba a solo un rayo de luna de distancia. Los verdaderos amigos siempre llevan a nuevos amigos maravillosos.