Una enérgica cazafantasmas llamada Moira se aventura por los brumosos callejones del viejo Edimburgo, descubriendo espíritus inquietos y una antigua historia que anhela ser contada.
Se decía que los sinuosos callejones de Edimburgo, estrechos y sombríos, estaban encantados por secretos tan antiguos como las piedras de la ciudad. Moira se puso su largo abrigo verde, linterna en mano, y descendió los empinados y resonantes escalones del Mary King's Close. Había pasado años escuchando cuentos de bateristas sin cabeza, viudas que lloraban y niños perdidos. Pero esa noche, la niebla parecía más espesa, el silencio más pesado. Guiada por un mapa con símbolos invisibles, Moira atravesó paredes frías para entrar en cámaras ocultas donde esperaban figuras espectrales. Cada fantasma contaba un fragmento de una vieja historia: un mercader agraviado, un poeta que desapareció, un niño que buscaba un juguete perdido. Al unir sus relatos, Moira se dio cuenta de que los espíritus estaban atados por un único arrepentimiento: nadie recordaba sus nombres. En el corazón del callejón más profundo, Moira leyó los nombres en voz alta de su mapa, y los fantasmas brillaron con color, finalmente libres para bailar en el aire nocturno. La ciudad se sintió más ligera. Cada noche después, Moira regresaba para escuchar, grabar y honrar las voces ocultas. Los callejones encantados de Edimburgo nunca volvieron a estar en silencio, y la propia historia de Moira se convirtió en parte de su leyenda viva.