Un cautivador relato donde la joven arqueóloga Valeria desentierra los misterios y espíritus del México antiguo bajo el corazón de la ciudad.
Debajo de las bulliciosas calles de la Ciudad de México, donde los rascacielos brillan y el tráfico nunca duerme, Valeria, una arqueóloga decidida, dirigía un pequeño equipo excavando al borde de la plaza del Zócalo. Las leyendas susurraban de templos enterrados profundamente, olvidados por el tiempo, custodiados por espíritus antiguos. Una tarde húmeda, su pala golpeó una piedra. Suavemente, limpió siglos de polvo, revelando la cabeza de una serpiente de obsidiana. Al tocarla, el suelo tembló y una brisa fresca barrió la excavación. De repente, el ruido de la ciudad se desvaneció y apareció una procesión fantasmal: sacerdotes, bailarines y guerreros jaguar, caminando donde antaño se alzaban los templos. La visión se desvaneció, pero Valeria sintió la presencia del pasado. Noche tras noche, el equipo descubrió fragmentos: máscaras emplumadas, huesos tallados, ofrendas de maíz y jade. Cada hallazgo traía más visiones: dioses de la lluvia y el sol, voces antiguas que instaban a Valeria a recordar sus historias. Un amanecer, abrieron una cámara revestida de murales, pintados con escenas de celebración y pérdida. En el centro se alzaba un altar de piedra, aún ligeramente cálido. Valeria colocó la cabeza de serpiente sobre él, y los espíritus susurraron agradecimiento. La noticia de su descubrimiento viajó por el mundo, pero Valeria sabía que el mayor tesoro era el vínculo entre el pasado y el presente. Se convirtió en la guardiana del templo, compartiendo sus historias para que los espíritus nunca más se desvanecieran. Ahora, mientras la ciudad bulle arriba, Valeria camina por los antiguos pasillos, honrando tanto a los ancestros como al futuro, manteniendo vivo el corazón de la Ciudad de México bajo la piedra.