Una artista de Copenhague llamada Freja descubre una ventana a dimensiones paralelas, donde teje sueños a través de muchos mundos.
Freja vivía en un ático luminoso sobre los canales de Copenhague, pintando los tejados y el cielo de la ciudad. Una noche de tormenta, un rayo golpeó su ventana, dejando el cristal brillando con colores imposibles. A la mañana siguiente, Freja descubrió que a través de la ventana podía ver otras versiones de la ciudad, algunas futuristas, otras llenas de islas flotantes o bosques en lugar de edificios. Cuando tocó el cristal, se deslizó en cada mundo, llevando su cuaderno de bocetos y sus colores. En cada dimensión, Freja conoció nuevos amigos: un zorro que construía puentes de luz, niños que pintaban el viento, viejos marineros que embotellaban la luz de las estrellas. Cada aventura trajo un nuevo patrón o historia, que Freja tejía en sus tapices de sueños de vuelta a casa. Pronto, niños de toda Copenhague vinieron a su ático, soñando juntos mientras Freja hilaba sus escenas mágicas. A través de su ventana encantada, Freja aprendió que cada sueño creaba un nuevo mundo, y cada mundo, un nuevo sueño. Y así, en el corazón de Copenhague, la luz de la Tejedora de Sueños brilló a través de mil dimensiones.